Mientras en varias partes de mundo se suceden las conmemoraciones de la derrota de la Alemania Nazi hace 75 años, aún se desconoce que algunas grandes compañías estadounidenses colaboraron activamente con la maquinaria bélica de Hitler.
POR CLARA LÓPEZ GONZÁLEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Standard Oil, gigante petrolero hoy dividido en una miríada de empresas, como Chevron, ExxonMobil, BP y Marathon, tuvo un papel crucial en la prolongación e intensificación del conflicto más sangriento del siglo XX, como informamos recientemente en este medio.
En las décadas de 1930 y 1940, sólo Estados Unidos y Venezuela producían petróleo en grandes cantidades. Carente de este mineral, Alemania dependía totalmente de las importaciones de Standard Oil. Aun después de que Estados Unidos declarara la guerra a Alemania, la compañía se las ingenió para, de manera subrepticia, llenar los cargueros alemanes en las Islas Canarias que después transportarían el preciado líquido a los puertos alemanes.
En efecto, como dijo un historiador sarcásticamente:
“Sin la ayuda explícita de Standard Oil, los aviones alemanes no habrían podido ni siquiera despegar”.
Hitler tenía profundamente impresionada a la comunidad empresarial estadounidense. Tanto, que, en su dominical del 30 de marzo de 1937, el New York Times le dedicaba un reportaje en el que se le representaba como un «bohemio» con «temperamento artístico».
El alto ejecutivo de Wall Street, Prescott Bush (padre y abuelo de los dos presidentes) ayudó al ascenso de Hitler e incluso organizó un fallido golpe de Estado con la intención de derrocar al presidente Roosevelt e instaurar un gobierno fascista al estilo alemán en Estados Unidos.
Chase Bank hizo una serie de trabajos para los nazis, incluyendo la aceptación, el lavado y la conversión de su dinero en moneda extranjera. En 1945, sus directivos fueron llevados a juicio en un tribunal federal por violar la Ley de Comercio con el Enemigo.
Y si hay algo por lo que a Henry Ford se le conoce, aparte de sus coches, es por su antisemitismo. El mismo Ford recibió una medalla de Hitler en 1938 y extrajo beneficios de los dos bandos en contienda, fabricando vehículos tanto para los aliados como para los nazis. La empresa está asimismo acusada de haber utilizado, a sabiendas, trabajo esclavo en sus plantas alemanas. Por el mismo motivo, en el año 2000 el gigante de la alimentación Nestle tuvo que pagar $14 millones de indemnización a los superviventes.
A pesar de ser una marca icónica de Estados Unidos, Coca-Cola también estuvo estrechamente relacionada con el fascismo. Durante muchos años hizo campañas publicitarias en las que la marca aparecía asociada al nazismo y la juventud hitleriana. De ahí que, entre 1933 y 1939, las ventas de la empresa en Alemania alcanzaran una subida astronómica del 4.400 por ciento. Como el trasporte por barco del sirope de Coca se interrumpió durante la guerra, la empresa creó una nueva bebida para el mercado alemán que todavía existe hoy: Fanta.
Sin embargo, quizás la empresa que estuvo más conectada al esfuerzo nazi sea IBM, el gigante tecnológico con sede en Nueva York. A través de su sucursal, Dehomag, suministró a Hitler tecnología de nueva creación para identificar a las «clases indeseables» de personas y facilitar su transporte a los campos de exterminio. IBM sacó enormes beneficios del diseño y fabricación de un sistema de tarjetas perforadas que permitía a los oficiales nazis la búsqueda, a través de bases de datos, de individuos para su exterminio, expandiendo el negocio a medida que el Holocausto tomaba impulso.
Aunque muchas empresas están deseando que pase este día conmemorativo, otros grupos se empeñan en ofrecer al público una visión distorsionada de la II Guerra Mundial. El Foreign Office británico, por ejemplo, sacó un vídeo en el que apenas aparece el papel decisivo de la Unión Soviética en el final de la contienda. Asimismo, el almirante James Foggo, comandante en Nápoles de la fuerza conjunta de la OTAN, ha descrito cómo las valientes fuerzas aliadas combatieron en el Norte de África, Normandía e Italia, pero parece que su principal interés ha sido omitir las más crudas batallas que se desarrollaron en el Frente Oriental entre las fuerzas soviéticas y las del Eje.
Mientras tanto, el Atlantic Council, think tank asociado a la OTAN, ha aprovechado la ocasión para acusar al actual presidente de Rusia, Valdimir Putin, de secuestrar el Día de la Victoria para promover su agresión a la Europa de Este.
Entre las bajas que ocasionaron los alemanes, la Unión Soviética se llevó el 80 por ciento. El actual gobierno ruso estima que fueron, en total, 26,6 millones de personas las que perdieron la vida. Por contra, Estados Unidos no aportó a Europa ningún número significativo de efectivos hasta después de que el Ejército Rojo expulsara a las fuerzas del Eje fuera de Rusia y Ucrania hacia 1944.
Sin embargo, décadas de propaganda han hecho que el público olvide estos hechos inconvenientes. En 2015, a la pregunta de qué país contribuyó más a la derrota de Hitler, sólo el 11 por ciento de estadounidenses y el 15 por ciento de los británicos repondieron que la URSS.
Fuente:
Victory in Europe Day: These American Corporations Aided Nazi Germany
http://canarias-semanal.org/art/27576/las-empresas-estadounidenses-que-colaboraron-con-hitler