«Hay que prepararse ante la posibilidad de uno o dos ataques más de la pandemia»
Hans Kluge, el director para Europa de la OMS ha lanzado una severa advertencia a aquellos gobiernos que presionados por los poderes economicos, están poniendo en riesgo la vida de los asalariados obligándolos a incorporarse a sus puestos de trabajo, en momentos como los actuales, en los que en los ultimos 7 dias el número de infectados en Europa, se incrementó en un 15 % .
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL
Por enésima vez, la organización mundial de la salud ha advertido este fin de semana a los países que con toda alegría estan abandonando las medidas de seguridad y confinamiento, que deben de estar preparados para una «segunda o tercera ola» hasta el momento que exista una vacuna efectiva contra el Covid-19 .
En esta ocasión, la severa advertencia que la OMS hace aquellos gobiernos que se están dejando presionar por los poderes económicos y no tienen reparos a la hora de poner en riesgo la vida de sus asalariados obligándolos a incorporarse a sus puestos de trabajo, ha corrido a cargo de Hans Kluge, el director para Europa de esta organización internacional.
«Si la primera ola ha pasado, deberíamos entender que lo que realmente hemos hecho es comprar tiempo para prepararnos ante una segunda o tercera ola, particularmente si no hay vacuna», dijo.
UN «ALEGRE» DESCONFINAMIENTO
Esta advertencia se produce, además, en un contexto especialmente significativo: el número de infectados con covid-19 en Europa, se incrementó en un 15 % en el curso de la última semana, alcanzando la friolera del 1.408.266 de personas infectadas por este virus letal.
Ya a mitad de la pasada semana, el director general de la organización a nivel mundial, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió – también por enésima vez – que
«la pandemia está lejos de terminar,no va a desaparecer pronto», enfatizando simultáneamente que la incidencia de la pandemia en Europa continúa siendo muy seria. Y que, aunque la curva haya tendido a aplanarse, no existen motivos para echar las campanas al vuelo.
El continente europeo, que se suponía asi mismo como beneficiario de un supuesto «Estado del bienestar», particularmente en lo que se refería a la Sanidad, tiene nada menos que el 46% de los contagios mundiales y un trágico 63% de todas las muertes provocadas por el virus a nivel planetario.
Muy distante de la impresión que intentan difundir los medios de comunicación europeos, los contagios han aumentado en este continente en un 15 % en el curso de los últimos 7 días, elevándose a 1.408.266. Mientras tanto, las muertes han aumentado un 18 % durante el mismo período, elevándose a 129.344 fallecidos, constató Kluge.
LAS «PARTICULARIDADES» ESPAÑOLAS
La irresponsabilidad que se detecta, tanto en los ámbitos mediáticos como en el de la política institucional española, en los que parece estarse tratando de dosificar la idea de que la pandemia es ya cosa del pasado, recuerda en mucho a la irresponsabilidad criminal con la que se acogió la llegada del virus a Europa y a España en particular.
«Es una gripe sin mayor importancia», nos contaban entonces. Esa manifiesta ligereza en el tratamiento de un tema tan grave, provocó que el conjunto de la ciudadanía hiciera suya esa misma despreocupación. Psicológicamente, la sociedad no se preparó para hacerle frente a una pandemia sin precedentes, que ha terminado con la vida de más de veinticinco mil personas. En cualquier caso, la cuestión esencial es que los protagonistas del «desarme social» preventivo tenían a su alcance el conocimiento de la magnitud de lo que se aproximaba.
Una actitud similar se mantuvo en relación con el uso de las mascarillas, que en China habían demostrado plenamente su eficacia frente a los contagios. En España, como no se disponía de mascarillas ni siquiera para el personal sanitario, se difundió la idea de que estas eran innecesarias, y que lo fundamental era mantener un metro de distancia con el resto de la gente y lavarse las manos.
Como es deducible, se trataba de un consejo envenenado y absolutamente impracticable, mientras no se pusiera en marcha el confinamiento, y los transportes públicos y el Metro continuaran funcionando atestados de gente hasta la bandera. La perseverante campaña de que las mascarillas «no servian», ha perdurado en la percepción colectiva. Todavía hoy, a casi dos meses después del confinamiento, pueden verse amplios sectores sociales que se resisten a utilizarlas, aunque en los primeros paises que sufrieron la pandemia su uso continúe siendo obligatorio.
Resulta importante que todos hayamos entendido a estas alturas, que el contagio del COVID 19 no se produce por ningún tipo de mecanismo mágico. Su difusión no tiene otra vía que la de la proximidad de persona a persona. Si ese contacto o aproximación no se produce, no hay pandemia. Lo ha mostrado claramente la experiencia china. Con una población de 1700 millones de habitantes, han logrado erradicar totalmente la difusión de la pandemia. Los casos que todavía se producen, son consecuencia de importaciones a través de personas que viajan desde el exterior. No hay más secretos. Si no hay contacto, no hay pandemia. Eso deberían de explicitarlo claramente los diseñadores de la estrategia gubernamental en contra del Covid-19. Y transmitirlo así a la población.
Las contradicciones y omisiones de quienes asumieron la grave responsabilidad de la comunicación en la evolución de la pandemia en España, contribuyeron en no escasa medida al «desarme psicológico» de la población frente al grave peligro que se avecinaba.
¿Nos encontraremos nuevamente ante una reiteración de «errores» y responsabilidades pasadas?
http://canarias-semanal.org/art/27518/por-enesima-vez-la-oms-nos-advierte-contra-nuestras-alegrias-desconfinatorias-sonorizado