EL GENOCIDIO PALESTINO Y EL «BOOMERANG WOKE» DE LA POLÍTICA DE LA «CANCELACIÓN»

Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

¿Cómo defender la libertad de expresión en tiempos de «cancelaciones»?

¿Nos encontramos ante un renacimiento del macartismo que se reaviva cada vez que alguien crítica a Israel por su genocidio palestino? ¿Cómo pueden artistas y académicos defender su derecho a la libre expresión en este contexto? ¿Está la política de «cancelación woke» amenazando la pluralidad de opiniones en nuestra sociedad?

POR CÁNDIDO GÁLVEZ PARA CANARIAS SEMANAL.ORG

  – ¿Estamos viviendo una suerte de revival, o retorno enmascarado del macartismo en relación con los acontecimientos que están teniendo lugar el Gaza?
   

     Pensamos que sí. Aunque el macartismo fue un fenómeno que originalmente tuvo lugar en los Estados Unidos durante la década de los 50 del pasado siglo, que se caracterizó por la persecución y la acusación entre determinadas personas de ser   «comunistas» o de tener «simpatías comunistas», hoy, en efecto, está teniendo lugar una suerte de «revival».  

[Img #77749]

      Hoy, estamos contemplando un fenómeno muy similar en el contexto de las críticas hacia la guerra genocida de Israel. Personas y entidades, particularmente en Alemania, Francia y los países anglosajones, son rápidamente etiquetadas como «antisemitas», lo que lleva a las llamadas «cancelaciones», censuras y marginaciones, simplemente por expresar críticas a las políticas del gobierno israelí.

   – Pero, tratemos de evitar generalizaciones. ¿Qué noticias tenemos de casos concretos que prueben que esto ya se está produciendo?

  – Pues hay muchos, muchísimos. Un caso notable, que tiene una antigüedad de apenas unos días, es el de Deborah Feldman, autora de «Unorthodox», quien ha sido duramente crítica con el sionismo y las políticas de Israel. Su experiencia subraya cómo el recuerdo delHolocausto se ha utilizado para silenciar críticas. 

    Otro ejemplo es el de Candice Breitz, una fotógrafa sudafricana de origen judío, quien fue «cancelada» en Alemania por expresar sus opiniones en contra del genocidio palestino.

   También nos encontramos con el caso de Norman Finkelstein, un académico y crítico de la «industria del Holocausto», quien fue despedido de su Universidad y  tratado como un auténtico apestado en círculos académicos.

   No obstante, este tipo de persecuciones que estamos viviendo ahora vienen de lejos.  Hace unos 5 años elParlamento alemán, por ejemplo, bautizó como“antisemita” una campaña de boicot, desinversiones y sanciones contra Israel por sus frecuentes masacres inmisericordes contra los palestinos. Los artistas e intelectuales que en esa ocasión firmaron una carta de rechazo a la decisión del Parlamento alemán en la que se equiparaba “antisemitismo” con  “antisionismo”fueron blanco de «cancelaciones» profesionalmente letales y de campañas de desprestigio.   

   Susan Neiman, una conocida intelectual estadounidense, de origen judío, ha utilizado la expresión de “macartismo filosemita” para denominar a este tipo de persecuciones teledirigidas. Ella ha expresado que Alemania se asignó el título de perpetradora del genocidio en contra de los judíos, y que ahora como consecuencia de esa misma asignación, que corresponde a la verdad histórica, defiende a Israel por encima de todo, sean o no criminales sus actitudes y conductas.

-¿Y cómo ha reaccionado la «casta política» integrada en las instituciones, en relación con estas agitadas corrientes macartistas?

 – Se han podido detectar decisiones realmente preocupantes. Por ejemplo, el Parlamento alemán declaró como «antisemita» la campaña de boicot, desinversiones y sanciones (BDS) contra Israel, lo que ha llevado a la «cancelación» y hostigamiento de aquellos que han apoyado públicamente esta campaña.

    En Estados Unidos, la situación no es muy diferente. Recientemente, la congresista republicana Elise Stefanik, una suerte de Joe McCarthy redivivo, utilizó el mismo tipo de técnicas de interrogatorio de su maestro, el desaparecido senador.

– ¿Qué instrumentos del aparato del Estado son utilizados para llevar a cabo este tipo de coacciones?

   – Sin ir más lejos, en los Estados Unidos se está utilizando el Poder Legislativo para intimidar a aquellos a los que les produce horror el genocidio diario que practica Israel contra el pueblo palestino. Por ejemplo, se ha posibilitado que los Comités del Congreso en Estados Unidos puedan exigir testimonios bajo pena de citación, lo que supone una presión financiera y de reputación considerable sobre los testigos. 

    Este poder ha sido utilizado para investigar supuesto«antisemitismo» en Universidades, sometiendo a líderes académicos a interrogatorios que traen a la memoria a quienes vivieron  las técnicas inquisitoriales macartistas de la década de los 50 del siglo pasado. La congresista Elise Stefanik se está destacando por su rol macartista en estas investigaciones. El resultado de las mismas es que un número de figuras académicas se ha visto obligada a renunciar bajo presiones políticas y mediáticas.

-¿Y los medios? ¿Qué papel están desempeñando los medios en los países referidos?

      Los medios occidentales tienden a presentar una perspectiva absolutamente desequilibrada en relación con el conflicto israelí-palestino, favoreciendo las voces pro-Israel y limitando la exposición de perspectivas pro-Palestinas. Además, las plataformas de redes sociales han sido acusadas de limitar el alcance de publicaciones que apoyan a Palestina. Los grandes propietarios de medios y de los gigantes tecnológicos, a menudo con intereses comerciales en Israel, influyen en la narrativa mediática a favor de Israel y contra las voces críticas.

¿Podrá proyectarse este reaccionario concepto de la «cancelación» sobre otros aspectos de la vida política o la libertad de expresión?

 – Este tipo de intentos de «sanción social», como la llamada «cancelación», una moda que hace furor  en los Estados Unidos, y es apoyada por las corrientes «woke» de ese país, utilizan el miedo como instrumento represivo para coartar la libertad de expresión. Se criminaliza el disenso y la crítica legítima, lo cual es fundamental en cualquier sociedad democrática. Estas prácticas no solo afectan a individuos, sino que también tienen un impacto negativo en el debate público y en la capacidad de abordar y resolver conflictos de manera constructiva.

  ¿Cómo se puede afrontar esta reedición del macartismo y proteger la libertad de expresión?

     – Nos parece esencial distinguir entre crítica legítima y «discurso de odio», una suerte de cajón de sastre que se utiliza en la actualidad para tratar de coartar cualquier tipo de disidencia intelectual o ideológica. Necesitamos promover un debate abierto, franco, reconociendo que la crítica a las políticas de un gobierno no equivalen a ataques contra un grupo étnico o religioso. También es crucial apoyar a los artistas, académicos y activistas que se enfrentan a este tipo de presiones y trabajar por políticas que protejan la libertad de expresión y el discurso crítico.

https://canarias-semanal.org/art/35617/el-genocidio-palestino-y-el-boomerang-woke-de-la-politica-de-la-cancelacion

Nuestro periodismo es democrático e independiente . Si te gusta nuestro trabajo, apóyanos tú también. Página informativa sobre eventos que ocurren en el mundo y sobre todo en nuestro país, ya que como dice nuestro editorial; creemos que todo no está perdido. Sabemos que esta democracia está presa sin posibilidad de salvarse aunque su agonía es lenta. Tenemos que empujar las puertas, son pesadas, por eso, necesitamos la cooperación de todos. Soñamos con una patria próspera y feliz, como idealizó el patricio Juan Pablo Duarte. necesitamos más que nunca vuestra cooperación. Haciendo clic AQUÍ ó en el botón rojo de arriba
Correo
Facebook
Telegram
Twitter
WhatsApp

Noticas Recientes

Opinión