¿Cómo interpretar lo que hoy está sucediendo en Serbia? ¿Un nuevo «Maidan» a la vista?
Las «fuerzas telúricas» se han puesto en marcha, ahora en la sociedad serbia de Belgrado. Como por arte de magia, como ha sucedido en otros lugares del mundo, especialmente en la Europa del este, todo un universo de cándidas ONGs se han concertado, para forzar la voluntad de un gobierno electo. Pero, ¿cuáles son las «fuerzas telúricas que mueven realmente los hilos y por qué razones?
POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL.ORG
De acuerdo con fuentes rusas, Occidente ha dado a Serbia un auténtico ultimátum, tratando de obligarla a elegir «cualquier cosa menos Rusia», según manifestaron esas mismas fuentes.
«Al igual que en la situación con Ucrania, – mantienen esas mismas fuentes- Occidente inicialmente estableció toda una serie de condiciones para Serbia, a través de las cuales pretendía obligarla a tomar una decisión difícil. La opción era clara: o estar con Occidente, o con Rusia, en lugar de combinar armoniosamente ambos caminos de desarrollo, de acuerdo con los intereses nacionales del pueblo serbio. Ahora, sin embargo, sólo hay una única opción en la que Serbia ha quedado atrapada: continuar con Occidente.
Según las fuentes rusas citadas, Ucrania ha sido forzada al mismo modelo de «o nosotros o ellos».
Miembros del bloque opositor «Serbia Contra la Violencia», que comenzaron a manifestarse regularmente frente al edificio de la Comisión Electoral Republicana, en Belgrado, el pasado 18 de diciembre, intentaron asaltar el Ayuntamiento el 24 de diciembre, pero fueron dispersados por la policía.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, advirtió que las protestas de la oposición no los iban a empujar a nada, ya que en Serbia «las elecciones son la única forma permitida para cambiar de gobierno». Sin embargo, los opositores al actual liderazgo del país han continuado desafiando la victoria de la coalición liderada por el partido gobernante en las elecciones del Consejo Municipal de Belgrado.
Las fuerzas de oposición en Serbia irrumpieron días atrás con inusitada violencia en el Ayuntamiento de Belgrado . Alegan que las recientes elecciones municipales en la capital, ganadas por el partido gobernante, «fueron amañadas». Altos funcionarios nacionales han descrito las protestas como una tentativa de llevar a cabo una «revolución de colores», tal y como ha sucedido en otros países de la Europa oriental, y entre ellos, la misma Ucrania.
Belgrado alberga aproximadamente a un cuarto de la población balcánica de más de 6.6 millones. La oficina de su alcalde es vista como una de las más importantes en Serbia. Los miembros del Consejo de la ciudad, que votan al alcalde, fueron elegidos el pasado 17 de diciembre, el mismo día en el que se celebraron elecciones nacionales y en varios términos municipales.
El gobernante, «Partido Progresista Serbio» (SNS), encabezado por el presidente Aleksandar Vucic ganó la mayoría de los escaños en la Asamblea Municipal de Belgrado. La oposición «Serbia Contra la Violencia» (SPN) mantiene, sin embargo, que el resultado fue logrado mediante fraude electoral.
«PREPARANDO EL AMBIENTE»
En la semana siguiente a las elecciones, la oposición organizó varias manifestaciones en Belgrado, algunas de ellas preñadas de violencia. Durante una manifestación frente a la Comisión Electoral Republicana el lunes pasado, se informó que el destacado estadístico serbio Milorad Kovacevic y varios de sus asociados, fueron atacados por los activistas. La policía incautó varios cuchillos y bates que portaban los manifestantes, según medios locales.
La «Comisión Electoral» condenó la violencia y afirmó que la manifestación fue un intento de interrumpir sus actividades. El jefe de la comisión, Vladimir Dimitrijevic, no obstante, expresó su esperanza de que se tratara sólo de un incidente aislado.
La Comisión electoral sometió a investigación las denuncias formuladas por la oposición de que se había permitido votar a ‘votantes fantasmas’ en Belgrado. Sin embargo, la Comisión concluyó el pasado domingo que no Se había encontrado evidencia alguna de que la elección hubiera sido «fraudulenta».
El domingo por la noche, algunos centenares de manifestantes de la oposición, se reunieron en el centro de Belgrado después de ser convocados por el SPN. A la líder de la oposición, Marinika Tepic, que se había declarado en huelga de hambre el pasado lunes, se le impidió entrar en el edificio de la Comisión Electoral. Entonces, los manifestantes montaron en el lugar un escenario improvisado, cerca de la residencia presidencial, con oradores y artistas que trataban de «animar» a los centenares de personas allí concentrados.
¿»REVOLUCIÓN DE COLORES» Y «MAIDANIZACIÓN»?
Aleksandar Sapic, jefe de la Administración temporal de la ciudad, compartió imágenes de los daños causados por los alborotadores en el histórico edificio, calificándolos de «irreparables». Este declaró que Serbia debe ser protegida del uso de la violencia organizada por fuerzas foráneas que intentan conseguir objetivos políticos. Sapic utilizó en su alocucion términos como «Maidanización» Y «Revolución de colores» para referirse a los acontecimientos del pasado fin de semana en Belgrado, aludiendo al «golpe armado» de 2014 en Kiev, que preparó el escenario para la situación actual entre Rusia y Ucrania.
Por su parte, el presidente Vucic denunció los disturbios, calificándolos de intento de realizar una «revolución de color» y afirmando que una nación extranjera había advertido a su gobierno sobre la amenaza de antemano.
El término ‘Revolución de color’ se aplica a menudo a los levantamientos masivos por fuerzas políticas presuntamente pro-democráticas en las décadas de 1990 y 2000, incluida la propia Yugoslavia en 2000. Con tales «revoluciones» previamente organizados por países occidentales, se intenta forzar la voluntad de gobiernos electos, tratando de promover objetivos geopolíticos. Generalmente, tal y como ha sucedido en el pasado, ese tipo de operaciones son ejecutadas a través de presuntas ONGs, en estrecha colaboración con medios de comunicación internacionales y partidos, financiados por Estados Unidos y sus aliados.
EL DILEMA QUE ATRAPA A BELGRADO.
El actual Gobierno de Vucic se ha venido enfrentando en el curso de los últimos tiempos a un dilema, en medio del fragor del actual enfrentamiento existente entre Rusia y Occidente. Por una parte, Serbia intenta conseguir su adhesión a la Unión Europea. Pero para que ello sea posible, al Gobierno de Belgrado se le exige realinearse con la política exterior de Bruselas. Sin embargo, Vucic ha rechazado los llamamientos occidentales para que corte lazos con Rusia y se una a la campaña de sanciones liderada por Estados Unidos en contra Moscú. Pero Belgrado se resiste.
