El imperialismo yanqui sin tapujos ni cortapisas
Si algo tiene de positiva la naturalidad con la que las elites de Estados Unidos han asumido históricamente su rol imperial es, seguramente, lo didácticas que resultan a menudo muchas de sus manifestaciones públicas. El «destino manifiesto», una creencia arraigada en la cultura política estadounidense desde el siglo XIX, sostiene que Estados Unidos está predestinado por Dios a expandir su influencia y la «democracia» (…).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Si algo tiene de positiva la naturalidad con la que las elites de Estados Unidos han asumido históricamente su rol imperial es, seguramente, lo didácticas que resultan a menudo muchas de sus manifestaciones públicas.
El «destino manifiesto», una creencia arraigada en la cultura política estadounidense desde el siglo XIX, sostiene que Estados Unidos está predestinado por Dios a expandir su influencia y la «democracia», primero a lo largo y ancho del continente americano y más tarde por todo el mundo.
Esta filosofía, lógicamente ha servido como coartada ideológica para los innumerables actos de agresión e intervención en otras naciones, especialmente en América Latina, propios de una potencia que, especialmente tras la 2ª Guerra mundial, se convirtió en la principal potencia imperialista del planeta.
EL DESCARO DE DONALD TRUMP
No son tan extrañas, pues, las recientes declaraciones de Donald Trump sobre Venezuela, en las que el ex presidente de EE.UU., y aspirante a repetir como inquilino de la Casa Blanca, reconocía abiertamente que uno de los propósitos en política exterior durante su mandado fue «hacer colapsar a Venezuela» y apropiarse de los valiosísimos recursos petroléros de esa nación latinoamericana.
Durante una reciente comparecencia pública, Trump quiso afear la inoperancia de la Administración Biden, criticando que en este momento Estados Unidos haya tenido que recurrir a comprar petróleo a Venezuela, cuando pudieron haberse quedado con este valioso recurso.
«¿Qué les parece que estemos comprando petróleo a Venezuela? Cuando yo me fui, Venezuela estaba lista para colapsar. Podríamos haberlo tomado. Habríamos conseguido todo ese petróleo, habría estado justo al lado, pero ahora estamos comprando petróleo de Venezuela, así que estamos haciendo muy rico al dictador» – afirmó Trump.
«¿Puedes creerlo? Nadie puede creerlo. Su petróleo es basura, es horrible, el peor que puedes conseguir, alquitrán, es como alquitrán y para refinarlo necesitas plantas especiales» -añadió el aladid del «American First».
Y es que, según la propaganda prelectoral de Trump, durante su mandato, recurriendo al propio petróleo de los Estados Unidos «el oro líquido debajo de nuestros pies», más abundante que el de Arabia Saudita y Rusia, «iban camino de tener el mejor Sistema Energético del mundo, pagar las deudas, reducir impuestos y ganar grandes cantidades de dinero».
Lo que no acaba de entenderse muy bien es el gran interes en quedarse también con el petróleo de Venezuela, despreciado por Trump como «alquitrán de baja calidad», si los recursos petroleros de los propios Estados Unidos son aún tan abundantes como para construir ese prometido Eldorado.
VÍDEO:
