«ESPARTACO»: EL GLADIADOR QUE ACABÓ CON LA «LISTAS NEGRAS» ANTICOMUNISTAS DEL MACARTHISMO

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La película que desafió al macartismo y cambió Hollywood para siempre

En un acto de valentía que resonaría a través de las décadas, «Espartaco» no solo entretuvo, sino que desafió. ¿Pero qué secretos oscuros y qué actos de rebeldía se esconden detrás de sus escenas épicas? La historia de «Espartaco» es más que una simple narrativa de esclavos contra imperios. ¿Cómo logró esta película convertirse en un estandarte de libertad en una época donde el miedo silenciaba voces?

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL

      Desde las mismas entrañas de la gran pantalla, entre las sombras de los estudios y el brillo de las estrellas, tuvo lugar la gestación de una auténtica rebelión que no portaba ni espadas ni escudos, sino palabras y convicciones. La [Img #76882]

película «Espartaco», de 1960, más que un épico relato de gladiadores y esclavos, fue el estandarte de una insurrección silenciosa contra la tiranía del miedo que se había apoderado de Hollywood: el macartismo.

    La historia de «Espartaco» es, en esencia, la historia de dos hombres, Howard Fast y Dalton Trumbo, escritores comunistas que, con su pluma y su valor, desafiaron la caza de brujas que dominó su tiempo. La película, un despliegue de arte y desafío, se convirtió en un símbolo de resistencia, un Insolente dedo medio levantado con desdén ante los rostros de aquellos que pretendían silenciar la disidencia.

     El viaje hacia esta obra maestra había comenzado realmente un Primero de Mayo de 1946, cuando las calles de Manhattan se llenaron con la esperanza de más de 150.000 almas que en aquellos momentos veían en la izquierda un faro de progreso.   Fast, uno de los líderes de aquella marea humana, pronto le tocó descubrir que las mareas pueden retroceder tan rápido como avanzar. En 1948, aquella misma voz que había sido aclamada, fue ahogada por gritos de odio y violencia. Todo un presagio de la oscuridad que empezaba a cernirse  sobre ellos y sobre la sociedad estadounidense.

    Un tsunami de terror transformó a los comunistas en auténticos parias, en enemigos de la naciónHoward Fast fue citado por el HUAC (1) y encarcelado por su negativa a delatar a sus camaradas, se convirtió en un mártir de la libertad de expresión. La «lista negra» lo marcó, borrando su nombre de la industria editorial y condenándolo a un exilio dentro de su propio país.

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    Pero la persecución a menudo da oportunidades para que se produzca tambén la grandeza. En la infinita soledad de su celda, Fast concibió «Espartaco», una novela que iba a ser la chispa de una «revolución cultural». Trumbo, que también había sido duramente marcado por la persecución anticomunista, se unió a esta cruzada, adaptando la novela a un guion que se

 Pero la persecución a menudo da oportunidades para que se produzca tambén la grandeza. En la infinita soledad de su celda, Fast concibió «Espartaco», una novela que iba a ser la chispa de una «revolución cultural».Trumbo, que también había sido duramente marcado por la persecución anticomunista, se unió a esta cruzada, adaptando la novela a un guion que se atreveria a desafiar al status quo.

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    La producción de «Espartaco» fue una odisea marcada por la censura y la controversia. La lucha por los créditos en la pantalla fue un reflejo de una lucha aún mucho mayor, una lucha por la identidad y la dignidad. Y cuando finalmente los nombres de Fast y de  Trumbo  pudieron aparecer en los créditos de las pantallas, el hecho constituyó un triunfo no solo para ambos, sino igualmente para todos aquellos que habían sido silenciados por el miedo.

     El estreno de «Espartaco» fue un acto de valentía, un golpe duro contra la represión. A pesar de los piquetes y las protestas que la derecha organizó para perturbar su estreno, el público acudió en masa a ver la película, sediento de la verdad que la película destilaba. Y cuando el presidente Kennedy, desafiando los piquetes de los veteranos católicos de guerra, eligió ver «Espartaco», el acontecimiento se convirtió en el clavo final en el ataúd de las «listas negras».

    La exclamación «¡Soy Espartaco!», se convirtió en un grito de solidaridad, un eco que resonó más allá de las salas de cine y se inscribió en la historia como un testimonio de que la verdad y la libertad, aunque a veces se les intente silenciar, nunca serán olvidadas. La historia del film «Espartaco», así como sus creadores, son hoy un recordatorio de que, incluso, en los tiempos más oscuros, la humanidad puede encontrar luz en aquellos valientes que se atreven a escribir, a hablar, a resistir.


 LA REACCIÓN DE LA «REACCIÓN«

    La actitud del Gobierno de la época, aun bajo la influencia del macartismo y de la Guerra Fría, fue inicialmente de sospecha y hostilidad hacia cualquier obra artística que pudiera tener vínculos con el comunismo o sus simpatizantes. Sin embargo, la atmósfera en los Estados Unidos ya estaba cambiando a medida que la era de Eisenhower daba paso a la de Kennedy. La elección de John F. Kennedy como presidente en 1960 marcó un cambio generacional, y una apertura hacia una política más liberal en algunos aspectos, incluidos en ellos la cultura.

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    En cuanto a las áreas sociales donde la resistencia fue más fuerte a los cambios, estas fueron diversas:

    La Industria del Entretenimiento: La resistencia más evidente se dio en Hollywood, donde las listas negras habían sido una herramienta para excluir a aquellos con supuestas o reales simpatías  hacia el comunismo. La industria cinematográfica estaba dividida entre aquellos que apoyaban las listas negras y aquellos que luchaban por la libertad de expresión y la reintegración de los artistas marginados.

     La Política: En el ámbito político, hubo una considerable resistencia a la disminución de la histeria anticomunista. Muchos políticos habían construido sus carreras sobre la «caza de brujas» y no se mostraban dispuestos a abandonar las filas del macartismo sin presentar batalla

     La Sociedad Civil: Algunas fracciones de la sociedad civil, incluyendo grupos conservadores y organizaciones religiosas, continuaron enervadas manifestando su desconfianza radical contra cualquier elemento que consideraran subversivo o «antiamericano», lo cual incluía la resistencia a la literatura, el arte y el cine con influencias de izquierdas.

     Los Medios de Comunicación: Los medios de comunicación jugaron un papel ambivalente, algunos intentando perpetuar el miedo al ogro comunista, y otros abogando por la libertad de expresión y criticando las tácticas de intimidación del gobierno.
 

 NO TODO FUE «AGUA DE ROSAS»


 
      Es muy posible, sin embargo, que, al igual que sucediera en España con el estreno de la película, Así como en otros lugares del mundo, una gran parte del público estadounidense no fuera plenamente consciente en qué consistían los matices políticos y las implicaciones históricas que había detrás de la película «Espartaco».

    La figura de «Espartaco», un gladiador que lideró una de las más significativas rebeliones de esclavos contra la República Romana, contiene una rica resonancia simbólica. Para algunos, podría ser simplemente una figura de valentía y lucha contra la opresión. Para otros, especialmente aquellos más conscientes de los contextos históricos y políticos, podría representar un significativo símbolo de resistencia en contra del dominio de las clases sociales poderosas que hegemonizan en las sociedades actuales, entre ellas en la estadounidense, el poder de la riqueza y de la política


     En el contexto de la Guerra Fría el macartismo, la historia de «Espartaco» adquirió una nueva interpretación significante. Los escritores y artistas que habían sido perseguidos por sus creencias o por sus simpatías políticas comunistas, encontraron en la película «Espartaco» un paralelo con su propia lucha contra la opresión ideológica y la censura. No obstante, para una buena parte del público que acudió a los cines, la película pudo haber resultado, simplemente, un espectáculo épico, una historia de aventuras con una narrativa emocionante y actuaciones poderosas.

     Convengamos, sin embargo, que a partir de entonces el conocimiento y la comprensión del público sobre los eventos que se había movido detrás de la producción de «Espartaco», así como alrededor del significado de la figura histórica del personaje, fueron variando paulatinamente. Algunos espectadores podrían haber estado al tanto de la controversia que rodeaba a los guionistas y su lucha por recibir crédito en la pantalla, mientras que otros, en cambio, podrían haber sido ajenos a la conexión entre la película y la reciente historia política de Estados Unidos. Eso suele suceder siempre en la historia. Y es que sólo cuando masas ingentes de ciudadanos son capaces de asumir y entender determinados significados rupturistas, es cuando, justamente, se empiezan a dar las condiciones para que se produzcan cambios sociales realmente revolucionarios.

Notas:

 (1) La «HUAC» es el acrónimo de la House Un-American Activities Committee (Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes). Fue un comité investigador de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos que se creó en 1938 con el propósito original de investigar supuestas deslealtades y actividades subversivas por parte de ciudadanos privados, empleados públicos y organizaciones sospechosas de tener vínculos con los comunistas.

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