EL «MALMENORISMO» DE PASCUAL SERRANO Y SU APOYO TRAMPOSO A «SUMAR»

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«Serrano llega a falsear el posicionamiento de «Sumar» sobre la guerra de Ucrania, desmintiéndose a sí mismo»

En un artículo publicado este viernes 21 de julio en Mundo Obrero el periodista Pascual Serrano manifestaba su apoyo explícito a la coalición electoral «Sumar». Lejos de ensayar algún planteamiento original -escribe nuestro colaborador Cristóbal García Vera – en su escrito de apoyo a la candidatura de Yolanda Díaz, Serrano apela al recurrido argumento del «mal menor», asegurando que cualquier otra opción diferente a votar a Sumar carecería de «fundamento» (…).

Por CRISTÓBAL GARCÍA VERA PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

  En un artículo publicado este viernes 21 de julio en Mundo Obrero – el órgano de expresión del PCE – el periodista Pascual Serrano manifestaba su apoyo explícito a la coalición electoral «Sumar», despejando cualquier tipo de dudas al respecto de su posicionamiento político, tras la publicación de otro artículo en el que había realizado algunas críticas a la forma en que Unidas Podemos planteó la campaña electoral del pasado 28M.

   Lejos de ensayar algún planteamiento original, en su escrito de apoyo a la candidatura de Yolanda Díaz, Serrano apela al recurrido argumento del «mal menor», afirmando que «promover un castigo a esta izquierda insuficiente», creyendo que ello ello será positivo «para un horizonte futuro de una izquierda mejor, no tiene ningún fundamento».

    Según Pascual Serrano, «no existe otra opción en el panorama español con una propuesta política mejor, la política es la gestión de lo viable, de lo menos malo» y  «apoyar  opciones políticas de abstención, voto nulo o voto a partidos que no van a sacar representación podrá servir para presentarnos como coherentes y muy dignos» pero son «opciones aparentemente rebeldes y díscolas que nuestro sistema político y electoral está perfectamente diseñado para gestionar en su beneficio».

   Es decir, que para Pascual Serrano votar a «Sumar» sería la única opción «realista» para la ciudadanía de izquierdas y quienes no sean capaces de entenderlo -acaso por tratar de llevar la coherencia hasta un punto de «extremismo»– estarían defendiendo planteamientos utópicos o tal vez ingenuos. O -para ser estrictamente fiel a las palabras del periodista – opciones «sin ningún fundamento».

EL VIEJO «MALMENORISMO» DE PASCUAL SERRANO: DE LA TRANSICIÓN A LA MONARQUÍA Y LOS PACTOS DE LA MONCLOA A LA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL 15M

    Antes de realizar un breve apunte sobre las políticas que Pascual Serrano ha decidido avalar con su voto y su manifestación pública, y sobre cómo se ha visto obligado a «maquillarlas» para su propia justificación, resulta preciso dilucidar, pues, si realmente tiene algún «fundamento»  el planteamiento «malmenorista» que, de forma recurrente, se utiliza para perpetuar el sistema económico capitalista y, en nuestro caso, el Régimen monárquico español.

   En definitiva juzgar, a la luz de la evidencia empírica, cómo de “realista” ha sido, para la defensa de los  intereses de las clases subalternas, esta vieja opción del «malmenorismo”.

   Y es que, la «lógica» del «mal menor» que hoy vuelve a esgrimir Pascual Serrano es, sin ir más lejos, la misma que, durante los casi 50 años transcurridos tras la muerte de Franco, ha permitido construir el régimen monárquico y corrupto que sufrimos actualmente.

«El «mal menor»  ha sido la zanahoria que se ha situado siempre delante de los trabajadores para reconducir su indignación y los reclamos populares hacia la institucionalidad; desde los Pactos de la Moncloa hasta la cooptación del Movimiento 15M por Podemos»

   ¿Qué fue la aceptación de la restauración borbónica y el régimen postfranquista del 78 por parte de la «izquierda» institucional -de la que son hijos Yolanda Díaz y «Sumar» – sino la sumisión a un supuestamente inevitable «mal menor” ante las amenazas de «El Búnker» y el “ruido de sables”?

   ¿Acaso hay tanta diferencia entre lo que hoy propone Pascual Serrano y el apoyo que durante décadas se ha llamado a prestar a los «socialistas» de la «Casa Común» -hoy socios de Yolanda Díaz y «Sumar»– aunque fuera tapándose las narices al votar, y como «mal menor» para evitar que «llegase la derecha»?

     ¿No ha sido el «mal menor» la zanahoria que, durante cinco décadas, se ha situado siempre delante de los trabajadores para reconducir su indignación y los reclamos populares hacia la institucionalidad; desde los Pactos de la Moncloa hasta la cooptacióndel Movimiento 15M por el vertical partido Podemos de Pablo Iglesias?

    En el Estado español –como en el resto del continente europeo– la integración total de la supuesta  «izquierda» hoy aglutinada en «Sumar« en el proyecto neoliberal de la UE, y su aceptación de los organismos militares del imperialismo occidental, ha sido vendida en realidad como un sempiterno «mal menor» que, a la postre, ha terminado dando alas al populismo derechista de partidos como VOX.  Organizaciones que, ante la ausencia de un referente ético y político de izquierda real, se presentan hoy, de forma demagógica, como representantes de «la gente común», con un discurso pretendidamente crítico de los “grandes poderes económicos” y las instituciones “globalistas”.

   La «lógica» falsa y «gaseosa» del «mal menor», por lo demás, se pone también de manifiesto por su carácter de relatividad absoluta «Sumar» puede presentarse como un «mal menor», del mismo modo que puede serlo el PSOE frente al Partido Popular. Pero también el propio PP se ha presentado ya como «mal menor» ante el ascenso de VOX – con la propuesta de permitir gobernar al partido heredero de Alianza Popular para evitar la llegada a las instituciones de los de Santiago Abascal-. Y si mañana el fracaso del populismo derechista de estos últimos «patriotas» diera alas a una organización de corte abiertamente fascista, hasta VOX podría ser considerado por algunos como un «mal menor», más «civilizado», ante la llegada de verdaderas escuadras armadas de la extrema derecha.

«El “malmenorismo” al que se aferra Pascual Serrano representa, en definitiva, una expresión del peor tipo de derrota –la que tiene que ver con la renuncia a los principios-  que conduce a un callejón sin salida

   Lo cierto es que la supuesta lógica del «mal menor» carece de un fundamento empírico que la pueda sostener como una opción favorable para las clases trabajadoras.  Es, muy al contrario, la «lógica» que – parafraseando al propio Pascual Serrano– «nuestro sistema político y electoral está perfectamente diseñado para gestionar en su beneficio».

    Pero también es la lógica que  alimenta a la reacción y provoca la desmovilización popular de unas clases trabajadoras que no se pueden identificar con esta “izquierda” del «mal menor». No porque dicha  “izquierda” se equivoque –como afirma Serrano en otro  de sus artículos – al “establecer los marcos del debate”, sino por su sumisión total a los intereses de los enemigos irreconciliables de los sectores populares.  

   El “malmenorismo” al que se aferra Pascual Serrano representa, en definitiva, una expresión del peor tipo de derrota –la que tiene que ver con la renuncia a los principios-  que conduce, como veremos a continuación, a un callejón sin salida a quienes se empeñan en moverse dentro de sus cada vez más estrechos, y mezquinos, marcos de actuación.

¿APOYO A LA OTAN Y LA GUERRA EN UCRANIA?: «SÍ CON MI VOTO»

   En su manifestación pública de apoyo a «Sumar», Pascual Serrano pretende mantenerse en el terreno de los «críticos desde la izquierda». 

   La realidad es, sin embargo, que asume la esencia del «relato» de Unidas Podemos en torno a su gestión como socios de Gobierno del PSOE y se ve obligado, incluso, a falsear algún posicionamiento político de «Sumar», desmintiéndose a sí mismo.

   Como justificación de lo realizado durante el Gobierno de Coalición, Pascual Serrano reproduce, en efecto, la explicación oficial de Unidas Podemos, propagada principalmente por Pablo Iglesias a través de La Base y su Canal Red.


   «A los políticos y partidos precedentes de «Sumar» no les podíamos exigir más logros con una representación de tan solo 35 diputados” –repite Serrano, obviando mencionar los numerosos cambios de chaqueta y posicionamientos de los dirigentes de Podemos en los últimos años.

   Acto seguido, Pascual Serrano se convierte en propagandista de los supuestos éxitos conseguidos por el “Gobierno más progresista de la historia” gracias a la presencia de UP, entre los que incluye lo que califica como una «mejora de la reforma laboral».

    Sobre este particular, quizá Pascual Serrano debería reflexionar sobre el hecho de que en su consideración positiva sobre la reforma laboral abanderada por Yolanda Díaz coincide, nada más y nada menos, que con la FAES – el think tank del Partido Popular-,  la ex ministra Fátima Báñez, economistas ultraliberales como Juan Manuel Rallo o la mismísima patronal CEOE, quien en su día apuntó que dicha reforma «mantenía en un 95% la de Mariano Rajoy» y ya ha advertido a Núñez Feijóo que, en caso de gobernar, no se  le vaya a ocurrir modificar una legislación tan «progresista» como esta.

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   Pascual Serrano valora también como otro éxito digno de movilizar su voto la subida de las pensiones de acuerdo al IPC, obviando deliberadamente, porque no puede ignorarla, la fundada denuncia de COESPE sobre el carácter privatizador de la reforma del sistema de pensiones que ha sido aprobada con los votos de los diputados de Unidas Podemos.

    En cualquier caso, la incoherencia en el planteamiento de Pascual Serrano alcanza su punto más álgido en su intento de justificar por qué ofrece su apoyo público a una coalición electoral que ha manifestado, expresamente, su apoyo a la participación de España en la guerra  de Ucrania, en el bando de la OTAN.

   «Votaré a «Sumar» –apunta Serrano a pesar de que no se haya opuesto con contundencia, ni parece que lo vaya a hacer, al envío de armas al ejército de Ucrania, al entrenamiento de sus militares, al aumento de nuestro presupuesto militar, a aplaudir y recibir con entusiasmo la cumbre de la OTAN en Madrid».

   En este punto, lo cierto es que Pascual Serrano falsifica la postura real de «Sumar» con respecto a la guerra de Ucrania, suponemos que para «suavizarla» hasta el punto que le permita justificar su voto, ya que la formación de Yolanda Díaz no se ha limitado a «no oponerse con contundencia al envío de armas».

    Esto no lo decimos nosotros. Lo decía el propio Pascual Serrano, en un tuit publicado el 4 de marzo de este mismo año:

   «Aquí – escribía Serrano – el recién portavoz nombrado de Sumar, Ernest Urtasun, defendiendo desde el primer momento que debemos enviar armas a Ucrania, es decir, formar parte de esta guerra.  La pregunta es: ¿a quién podemos votar los que estamos en contra de enviar armas?».

   La contradictoria respuesta ha venido a ofrecerla el propio Pascual Serrano solo cuatro meses después. Al menos él, junto al resto de «malmenoristas»votará a quienes «defienden que debemos enviar armas a Ucrania».

   En otro fragmento de su artículo Serrano reconoce:

 “tener la sensación, de que nos deslizamos en el marco político global hacia el entorno verde capitalista alemán que apoyó invasiones en Yugoslavia, la complicidad absoluta con la OTAN y ahora la implicación total en la guerra de Ucrania y el seguidismo de EE.UU. Todo ello abandonando la tradición antiimperialista de la izquierda mundial”.

    El conocimiento de Pascual Serrano  – o lo que él llama su “sensación” – sobre la “implicación en la guerra» y  la “complicidad” con el brazo armado del imperialismo occidental de esta «izquierda» a la que llama a votar como única alternativa «realista» no permite ya buscar excusas en “males menores”.    

    Significa, aunque hoy no se considere de buen gustoexpresar estas duras verdades abiertamente, que Pascual Serrano se convierte también, con su apoyo a «Sumar»,  en cómplice de esas políticas guerreristas y de todas sus consecuencias.  No sería legítimo que Serrano pretendiera en un futuro, como «crítico desde la izquierda», que la destrucción provocada por la guerra «no se realizaría en su nombre», ya que sí se hará con su voto.  Va siendo hora, creemos, de que se nos exija, a todos, que nos hagamos plenamente responsables de nuestros actos, los apoyos que prestamos y nuestros posicionamientos políticos. 

    Finalmente, Serrano plantea en su artículo una utopía que, con rigor, podría ser calificada como reaccionaria por el efecto especialmente pernicioso que provoca.   La idea, tan infundada como su vieja lógica malmenorista, de que el apoyo que él postula para esa  pretendida «izquierda» otanista, y en la práctica neoliberal, podría ser la mejor manera de empujar, «críticamente», hacia la construcción de una «izquierda mejor».

    La realidad es, por el contrario, que mientras estas fuerzas políticas no sean identificadas como lo que son, y se siga llamando a apoyarlas aunque nos conduzcan a la guerra, acuerden sus reformas laborales con la patronal y sigan desencantando, con toda la razón, a las clases trabajadores por su actuación como meros gestores «progres» del gran capital,  será prácticamente imposible construir una alternativa real para dar las duras batallas que nos va a tocar afrontar.

      También en este aspecto fundamental cada palo tendrá que aguantar su vela y cada cual deberá responsabilizarse de sus actos. 

https://canarias-semanal.org/art/34718/el-malmenorismo-de-pascual-serrano-y-su-apoyo-tramposo-a-sumar

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