El secreto mejor guardado: ¿Quién mueve los hilos de la opinión pública estadounidense y española sobre Ucrania?
El hilo conductor de la opinión pública en la guerra de Ucrania, escribe nuestro colaborador Maximo Relti, no es tan transparente como parece. Un reciente informe estadounidense destapa la sutil, pero decisiva influencia de empresas armamentistas en la formación de la opinión pública, una estrategia ejecutada a través de los influyentes ‘think tanks’ y los medios de comunicación. Esta compleja red, oculta tras un velo de «imparcialidad», extiende sus hilos hasta la lejana España, donde ‘think tanks’ de naturaleza similar operan en el corazón de su panorama mediático y político. ¿Hasta dónde puede llegar realmente su influencia?
Por MÁXIMO RELTI PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Un reciente informe dado a conocer en los EE.UU. ha puesto de manifiesto cómo las empresas armamentistas están teniendo una decisiva influencia en el debate sobre la Guerra de Ucrania, instrumentalizada a través de poderosos think tanks («laboratorios de ideas») y de los medios de comunicación de masas.
Estos grupos, bien nutridos de expertos financiados por contratistas de Defensa, tratan de promover la aplicación de políticas exteriores más militarizadas, recomendando el suministro de armas a ese país en conflicto, sin que en ningún momento se atrevan a dar a conocer las conexiones existentes entre las opiniones que emiten públicamente y las empresas que los financian.
El informe destaca que los principales «think tanks» de política exterior en Estados Unidos reciben fondos del Pentágono y de la Industria de Defensa y han llegado a dominar todo el panorama mediático relacionado con la «guerra de Ucrania«. De manera sistemática, los integrantes de estos «think tanks» abogan por respuestas militares, recomendando la utilización de armas fabricadas por sus propios financiadores.
Se ha descubierto, por ejemplo, que el 78% de los «think tanks» mejor clasificados en política exterior de los Estados Unidos reciben directamente fondos del Pentágono o de contratistas de defensa. Algunos de los «think tanks» más influyentes, como el CSIS, CNAS y The Atlantic Council, llegan a recibir, incluso, más de un millón de dólares al año del sector de Defensa.
Esta influencia financiada termina reflejándose en los medios de comunicación, a través de la frecuente aparición de «expertos» que, con la financiación del sector de la Defensa, son convocados a los programas informativos y debates, en los que prevalecen sus opiniones, sin que puedan verse contrarrestadas por ningún tipo de réplica de participantes que opinen de manera contraria. De hecho, los «think tanks» más citados en los medios de comunicación estadounidenses, a los que los medios convocan como «expertos en la guerra de Ucrania«, son aquellos que reciben financiamiento del sector de Defensa, como el CSIS y The Atlantic Council.
Muchos de estos «think tanks» no revelan públicamente el origen de sus «donantes», lo que entorpece aún más la posibilidad de identificar la trama de intereses a los que están vinculados. Esto incluye a algunos de los más mencionados en los medios, como el American Enterprise Institute (AEI).
LOS «THINK TANKS» EN ESPAÑA:
Ignoramos si los denominados «think tanks» han llegado disponer en España de un desarrollo similar al logrado por los estadounidenses, o si disponen, o no, de una estructura tan imbricada e influyente como la que estos tienen.
Muy posiblemente la diferencia entre el desarrollo de ambos arquetipos sea considerable. Pero, en cualquier caso, lo que sí podemos afirmar, es que en relación con el tratamiento informativo de la «Guerra de Ucrania», cuando hace un año se produjo la invasión rusa de ese país, las cadenas televisivas españolas hicieron aparecer mágicamente en sus platós a todo un ejército de supuestos «expertos», hasta entonces perfectos desconocidos en las pantallas, que trataron de «recrear» para los televidentes españoles lo que empezaba a suceder en el Este europeo. Tampoco se supo nada acerca de cuáles eran las profesiones, colaboraciones periodísticas o académicas, las Universidades de origen, o dedicaciones más recientes de estos nuevos «expertos». Hoy ya hemos podido saber que no pocos de ellos eran notorios integrantes del staff de los «think tanks» más conocidos del país.
Simultáneamente, las gerencias de las grandes cadenas televisivas hicieron desaparecer de los platós a militares, comentaristas especializados o simples tertulianos con conocimientos probados sobre temas de carácter militar o estratégico, pero cuya versión sobre los hechos que se estaban produciendo en Ucrania no coincidía milimétricamente con los puntos de vista oficiales.
Con insólito descaro, desde las primeras semanas del conflicto los medios de comunicación españoles situaron a sus espectadores ante la disyuntiva de escoger entre los buenos buenísimos o los malvados malvadísimos. O Putin o Biden. O Borrell o Lavrov. Los tonos grises desaparecieron de los foros como por arte de ensalmo.
El programa que dirige Antonio García Ferreras, por ejemplo, llegó a convertirse, -y todavía sigue ejerciendo como tal-, en una suerte de «avanzadilla goebeliana» del aparato propagandístico de la OTAN que cada día, sin pedir permiso, irrumpía e irrumpe en los hogares de sus televidentes. El resto de las cadenas televisivas españolas tampoco se quedaron atrás en esa función.
Sin que ello signifique que en el futuro vayamos a renunciar a investigar sobre cuál es el volumen del papel que actualmente desempeñan en los medios de comunicación los «think tanks» españoles, su influencia en las Universidades, en los programas radiofónicos, en la prensa, en la edición de libros y, en definitiva, en la batalla ideológica que tanto la derecha clásica española como la facción socialdemócrata del sistema monárquico libran subrepticiamente sin que nos apercibamos de ello, trataremos en este breve artículo de adentrarnos superficialmente en la naturaleza de algunos «thinks tanks», públicamente reconocidos como tales:
«Real Instituto Elcano»: Es supuestamente un «Centro de Estudios Internacionales y estratégicos», con sede en la capital del Estado. Una de sus funciones consiste en el análisis de aquellos asuntos internacionales que afectan a las relaciones de España con el resto del mundo. En su seno se entrecruzan personajes provenientes tanto del ámbito socialdemócrata como de la derecha clásica española. Entre sus funciones públicamente alegadas, se encuentran las de realizar informes para los altos cargos de la administración gubernamental vigente, así como la organización de eventos que puedan influir en sectores políticos, militares o empresariales.
El «Real Instituto Elcano» alega «carecer de afiliación ideológica o partidaria específica». Pero, en realidad, sus tareas son eminentemente ideológicas, en el sentido que la orientación del asesoramiento prestado no es, en absoluto, «imparcial» u «objetivo», sino que, en el transcurso de las últimas décadas, ha solapado su actividad, prestando sus servicios, con idéntico sesgo, tanto a los gobiernos del PSOE como del PP. De ello se podría colegir que se trata del «think tank» oficial del Régimen político español vigente.
«Fundación Alternativas»: Dice dedicarse al análisis y a la investigación en áreas tales como la economía, la política, la sociedad y el medio ambiente. Asimismo, alega «promover un pensamiento crítico y progresista» en la sociedad española, ofreciendo propuestas y recomendaciones para abordar los desafíos actuales.
No obstante, este «think tank», nacido en 1997, que afirma tener la voluntad de ser «un cauce de reflexión, de carácter progresista que asesora a los partidos políticos, Universidades y a otros actores económicos y sociales, es una «fundación» reconocida y públicamente asociada al PSOE. Este sesgo se hace evidente en los resultados de su trabajo y en sus estrechos vínculos con determinadas instituciones internacionales.
En lo que a su financiación se refiere, la «Fundación Alternativas» tiene múltiples orígenes. Algunos esos fondos son el resultado de «donaciones» obtenidas de otras «Fundaciones», empresas y del propio Gobierno, cuando es el PSOE el que se ocupa la Administración del Estado.
«Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales» (FAES): Este «think tank» representa a los sectores ubicados más a la derecha del espectro político español. Que ello es así lo corrobora el hecho de que su fundador fue el expresidente del gobierno español, José María Aznar.
Insólitamente, este «think tank» ultraconservador ha logrado el reclutamiento en sus filas de personajes tales como José María Fidalgo, el ex Secretario General durante años de Comisiones Obreras. Esta «Fundación» dice tratar de impulsar el debate de ideas en la sociedad española, ofreciendo a aquellas entidades que se lo soliciten las recomendaciones pertinentes para la toma de decisiones políticas. Se trata de un «think tank» muy activo y considerablemente influyente en los ámbitos del aparato estatal español y los sectores de las clases sociales hegemónicas de este país.
«Instituto de Estudios Económicos»(IEE): este «think tank», en manos de los sectores más neoliberales de la patronal, dice «centrarse en el análisis económico, promoviendo el «libre mercado» y la «economía de mercado» en España. El IEE pública regularmente el resultado sus investigaciones, que son puntualmente transmitidas a las diferentes Federaciones de empresarios
«Centro de Estudios Políticos y Constitucionales» (CEPC): Es un organismo dependiente del Ministerio de la Presidencia en España. El CEPC se dedica al estudio de la política, el derecho constitucional y la historia política. Publica investigaciones, organiza conferencias y colabora con otros organismos académicos. Su orientación derechista se expresa no sólo en el carácter de su actividad sino, también, en el contenido de sus orientaciones.
Parece importante destacar que lo que hemos tratado de mostrar al lector en este breve artículo no pasa de ser sino una mera generalización del papel de este tipo de entidades en el Estado español. Las raíces sociales y políticas que los llamados «think tanks» han logrado desarrollar, tanto en los Estados Unidos, como en la Europa occidental, son profundas y poderosas. Es muy probable que la implicación que estos y otros tipos de «Laboratorios de pensamiento» tienen en las estructuras de la sociedad española sea mucho más profunda e influyente de lo que de estos datos se podría deducir.
En cualquier caso, continuaremos investigando.
