Desenmascarando el Triunfo de la Extrema Derecha: ¿Cómo y Por Qué Sucedió?»
En la reciente jornada electoral de Chile, – escribe la colaboradora mexicana de Canarias Semanal, profesora Victoria Martinez – la extrema derecha, liderada por el controvertido José Antonio Kast, se alzó con una victoria aplastante. Kast, un personaje con fuertes vínculos con la dictadura pinochetista y heredero de un dirigente nazi, llevó a su Partido Republicano a una victoria resonante. Con un 35% de los votos y 22 de los 51 escaños del Consejo Constitucional, la extrema derecha ha dejado una marca indeleble en la política chilena.
POR VICTORIA MARTÍNEZ PARA CANARIAS SEMANAL
El gran vencedor de esta jornada electoral del pasado domingo en Chile fue, sin paliativos, la extrema derecha, liderada no sólo por un siniestrísimo político neonazi, José Antonio Kast, que tanto él como todo el conjunto de su clan familiar permanecieron estrechamente vinculados a la dictadura pinochetista, sino que es, además, uno de los herederos de un dirigente nazi, que en 1945 huyó de Alemania a Chile, después de la derrota de la II Guerra Mundial.
![[Img #75101]](https://canarias-semanal.org/upload/images/05_2023/3694_victoria.jpg)
José Antonio Kast obtuvo en el escrutinio un 35% de los votos totales, y 22 de los 51 escaños del Consejo Constitucional (43%). Asimismo, la derecha tradicional chilena, agrupada «Chile Vamos» obtuvo un 21% de los votos, logrando 11 consejeros (22%).
Aunque la derecha tradicional retuvo un apoyo considerable en las elecciones, resulta evidente su derrota política frente al auge de los Republicanos ultraderechistas de Kast, un hecho que seguramente marcará una crisis más profunda en los partidos históricos, planteando una posible reconfiguración del panorama político en la oposición derechista.
Votación del Partido Republicano: ¿Por qué ganó la ultraderecha?
Los resultados obtenidos por el Partido Republicano no sólo son explicables por un trasvase de votos de «Chile Vamos» hacia la el partido de Kast. Si bien es muy posible que este fenómeno se haya producido, su alta votación también se debe a un explícito voto de castigo al Gobierno de Boric, un voto de expresión del malestar general con la situación política, social y económica que atraviesa el país, y una clara expansión hacia la base del electorado del «Partido de la Gente», que ha entrado en una profunda crisis tras los resultados de este domingo.
La Postura de Gabriel Boric y la Extrema Derecha
Gabriel Boric reconoció el triunfo de la extrema derecha y, como si le faltara tiempo, trató rápidamente de abrir un diálogo con este sector en el curso del primer discurso pronunciado después de los catastróficos resultados. Boric, dobló humildemente la cerviz ante los Republicanos ultraderechistas, invitándolos, de paso, a «no cometer nuestros errores«, refiriéndose con ello al proceso constitucional pasado, y abriendo así su mano hacia posibles negociaciones con los neopinochetistas.
El Poder de Veto de los «Republicanos».
Lo que sí ha quedado muy claro es que después de estos barredores resultados, la ultraderecha republicana dispondrá ahora de poder de veto dentro del Consejo Constitucional, ya que tienen 22 consejeros, es decir, nada menos que el 43%. Esto significa que suman más de los 21 necesarios para vetar cualquier artículo o discusión dentro del mismo. La suma de las facciones del conjunto de la derecha juntas, llegan a los 33 escaños (65%), más de los 31 (3/5 equivalente al 60%) que se requiere para aprobar cada artículo que deseen en el marco del Consejo.
Implicaciones de los Resultados Electorales
Para no pocos de los sectores de la izquierda radical chilena estos resultados parecen confirmarles que no pueden, ni deben esperar nada bueno del proceso constitucional que ahora se abre. La nueva Constitución chilena que surja de este catastrófico proceso al que Boric y sus partidos aliados han terminado arrastrando al país, sólo podrá significar una explícita consagración del actual Régimen postpinochetista, pero con características aún más restrictivas que las que se han conocido hasta ahora y, desde luego, muy alejada de las demandas y las necesidades de las clases trabajadoras chilenas
En cualquier caso, lo que sí se puede afirmar es que el tsunami ultraderechista que se ha producido en Chile no es más que el resultado de un proceso constitucional fraudulento y antidemocrático, que fue expresamente diseñado para beneficiar a los sectores de los partidos tradicionales, garantizando de esa forma la protección, el blindaje de los pilares del Chile neoliberal que perdura hasta nuestros días.
