Mucho se habló en la previa al Mundial de Qatar de 2022 acerca de los trabajadores en condiciones de esclavitud que construyeron los estadios. Más de 6 mil murieron en el proceso a causa de un sistema laboral precario, explotador y asesino. Sin embargo, existe otro estrato de trabajadores explotados que siguen sufriendo las consecuencias, pero no se encuentran en Qatar.
Las camisetas que representan a una selección se encuentran entre los artículos más simbólicos que puede llevar un hincha que se presenta en el evento de fútbol más importante del planeta. Son millones las camisetas que, antes y durante el mundial, fueron vendidas a los fanáticos que llegaron en hordas al país árabe. El costo de estas camisetas, generalmente, se encuentra entre los 90 y 150 dólares. Similar es el caso de los botines y el resto de la vestimenta que utilizan los jugadores. Sin embargo, los trabajadores que las confeccionan ganan mucho menos, y produciendo miles por mes.
Los 7800 trabajadores de la fábrica del Grupo Pou Chen en Rangún, Birmania, proveedor de calzado de fútbol para Adidas, ganaban 4800 kyats por día: algo así como 2,27 dólares.
Las fábricas en Myanmar simbolizan la lucha en curso para muchos de los 40 millones de trabajadores de la confección del sur de Asia, que han luchado durante mucho tiempo con malas condiciones laborales y salarios, y cuyos problemas se han visto exacerbados por la pandemia. Ahora que está en marcha el evento deportivo más grande del mundo, los esfuerzos de algunos trabajadores para mejorar las condiciones de trabajo enfrentan reacciones violentas y sanciones.
En octubre, cuando los trabajadores se declararon en huelga para exigir $3,78 por día, el gerente de la fábrica trajo soldados al edificio y luego despidió a 26 trabajadores. Entre ellos había 16 miembros del sindicato de la fábrica, que se cree que encabezaron la huelga de más de 2.000 trabajadores. A fines de noviembre, varios trabajadores dijeron en varias entrevistas que creían que las fábricas estaban aprovechando la oportunidad para castigar a los trabajadores sindicalizados mientras la junta militar gobernante de Myanmar intentaba desmantelar las estructuras democráticas.
La mayoría de las marcas occidentales de moda y ropa deportiva no son propietarias de sus propias instalaciones de producción, sino que contratan fábricas o proveedores independientes, a menudo ubicados en el Sur Global, para producir su ropa. Esto significa que técnicamente no son el empleador de estos trabajadores y, por lo tanto, no son legalmente responsables de respetar las normas laborales o los derechos humanos.
Recientemente, algunas empresas como H&M, Adidas y Nike han hecho que parte de sus cadenas de suministro sean más visibles al hacer pública la información sobre los proveedores de sus fábricas de ropa, y Adidas proporcionó una lista de proveedores de ropa individuales para la Copa del Mundo. Nike, que fabrica los kits de 13 equipos de la Copa del Mundo, incluidos Estados Unidos, Inglaterra y Brasil, no publica una lista de proveedores individuales de la Copa del Mundo, lo que dificulta rastrear dónde se fabrican.
La transparencia de los proveedores no garantiza la rendición de cuentas en toda la cadena de suministro de la moda, que durante mucho tiempo ha luchado contra el sabotaje sindical, una práctica diseñada para prevenir o eliminar la formación de sindicatos o los intentos de ampliar la membresía.
Como Birmania, pero en Argentina
En las plantas de RA Intertrading, la fabricante de Adidas en Argentina, la fiebre mundialista le mete ritmo a máquinas y brazos. El sitio Chequeado realizó un estudio sobre el costo de la vestimenta la selección argentina. En Rusia costaba 1.649 pesos, ahora 16.949: 931% de aumento, cuando la inflación general fue mucho menor. Si tomamos el dólar minorista oficial, pasó de US$ 64,50 en Rusia a US$ 107,46 en Qatar. Una de las más caras del mundo. Hay un modelo, “Authentic”, que cuesta 29 mil pesos.
Si lo comparamos con el Salario Mínimo Vital y Móvil, en 2018 equivalía a 5 camisetas. Este año con los 47.850 pesos del SMVM te podés comprar tan solo 2 camisetas.
Los delegados de RA Intertrading le contaban a La Izquierda Diario: “Queremos que nos aumenten el salario. Hacemos las camisetas de Adidas y Nike, de Boca, River y la selección. Las venden a 17500 pesos y a nosotros nos pagan 200 pesos la hora. Pedimos la reincorporación de los trabajadores y que se termine la persecución”.
Cuando reclamaron por sus salarios, fueron despedidos. Afortunadamente, la justicia ordenó la reincorporación de Raúl Gaguillo, Roger Torres y Gerson Rodríguez, a pesar de la negativa de la empresa para respetar el fallo. En la planta de Lugano, una oficial de costura múltiple «B» cobra 313 pesos la hora. Ninguno gana lo que cuesta una canasta básica total. Con la venta de dos camisetas “Authentic” les pagan todo un mes de sueldo a los trabajadores de una planta que produce aproximadamente 10 mil prendas por día y 500 camisetas oficiales AFA por turno. El valor que produce cada uno de los trabajadores es incalculable (millones, probablemente) pero a cambio reciben un sueldo que no les permite llegar a fin de mes.
