«La guerra en Ucrania ha recompuesto también el mapa de los países proveedores de gas»
Que los ciudadanos de la Unión Europea no tienen absolutamente nada que ganar y sí mucho que perder con la implicación de sus países en la guerra de Ucrania es una realidad que, con independencia de la intensidad de la propaganda a la que están siendo sometidos, ya han constatado en sus vidas cotidianas (…).
Por EUGENIO FERNÁNDEZ PARA CANARIAS-SEMANAL.ORG.-
Que los ciudadanos de la Unión Europea no tienen absolutamente nada que ganar y sí mucho que perder con la implicación de sus países en la guerra de Ucrania es una realidad que, con independencia de la intensidad de la propaganda a la que están siendo sometidos, ya han constatado en sus vidas cotidianas.
Sin haber superado aún en el Estado español la pandemia de coronavirus ni sus efectos económicos, el incremento desorbitado del precio de los carburantes, la electricidad, materias primas como el trigo o el aceite y, en general, de los principales productos incluidos en la cesta de la compra amenaza con poner en jaque a las economías familiares y llevar al cierre a multitud de pequeñas y medianas empresas.
Una situación que será cada vez más grave si los países de la Unión Europea y Estados Unidos logran prolongar y empantanar la guerra en Ucrania, tal y como pretenden hacer, con el envío de armamento y el reclutamiento de mercenarios de todo el mundo para que participen en este conflicto.
Pero si las víctimas de esta estrategia belicista están claras, en primer lugar los ucranianos y los rusos, y en segundo término los ciudadanos del resto de Europa, es igualmente evidente quienes se están beneficiando de la misma. Las grandes empresas petroleras y gasísticas de los Estados Unidos. Un país que es capaz prácticamente de autoabastecerse y que, al mismo tiempo, es el principal exportador mundial de petróleo y, por tanto, competidor de Rusia como proveedor de cómo fósiles.
La guerra en Ucrania está recomponiendo también el mapa de los países proveedores de gas, en beneficio de los Estados Unidos.
Aunque el Estado español adquiría este combustible fundamentalmente de Argelia, en pocas semanas Estados Unidos se ha situado al frente de todas las importaciones que el sistema gasista recibe día tras día. Hace solamente un año nos vendía la mitad.
El pasado mes de febrero, las importaciones de gas desde los Estados Unidos representaban ya casi un 34% de toda la materia prima que recibió España, según los últimos datos actualizados por Enegás.
Ya en enero, se había situado al frente de las importaciones de gas de España, como consecuencia de la crisis diplomática entre Marruecos y Argelia recrudecido desde el pasado verano. Como se recordará, el 24 de agosto de 2021 el gobierno argelino decidió cortar el suministro el gasoducto que enlaza con Algeciras a través de territorio marroquí. Sin este surtidor España dejó de recibir entonces más de dos 12.500 millones de metros cúbicos.
Sólo llegan unos 10.000, pero directamente por el Almería. Aunque Argelia a situar en su agenda de objetivos un incremento en el suministro de esta materia prima en plena crisis energética europea, esto sería a través llegaría través de otro gaseoducto, el que les conecta con Italia por el Mediterráneo.
Para cubrir el déficit, España comenzó a buscar otros proveedores entre los que se encuentra Estados Unidos, ahora favorecido por la guerra en Ucrania.
Así, Estados Unidos se ha convertido en el principal suministrador, desbancando del primer lugar a Argelia, que históricamente ocupaba ese puesto. En los dos primeros meses de este año, desde Estados Unidos llegaron a las plantas españolas 25.749 GWh de gas, lo que supone el 34% del total de las importaciones. Además, es una cifra récord desde que en julio de 2016 llegó a Reganosa (Galicia) el primer cargamento de gas procedente de Norteamérica.
CON UNOS COSTES MUCHÍSIMOS MÁS ELEVADOS QUE REPERCUTIRÁN EN LOS CONSUMIDORES
El problema, sin embargo, no es sólo que los Estados Unidos no estén en condiciones de abastecer a Europa del gas suministrado por Rusia, por más que las declaraciones de los diplomáticos de la unión europea sobre supuestos planes para superar la «ruso dependencia energética», pretenden hacer creer a los ciudadanos del continente lo contrario.
El hecho es también que este gas suministrado por los Estados Unidos, y que llega a través de grandes buques metaneros tiene un coste muchísimo más elevado incrementará su precio y como consecuencia facilidad aumentando también la inflación general de los productos de consumo.
Se trata, de Gas Natural Licuado que se consigue sometiendo el gas a un proceso de enfriamiento que reduce 600 veces su volumen para permitir que puede ser transportado fácilmente en los buques, que luego debe ser nuevamente regasificado en algunas de las grandes plantas instaladas en España: Bilbao, Barcelona, Ferrol, Sagunto, Cartagena y Huelva.
Proceso encarece significativamente el precio final del gas en comparación al que llega directamente a través de los gasoductos como suministran a España desde Argelia o los gasoductos rusos.
