«La traición de Biden puede dejar a diez millores de norteamericanos desahuciados y en la calle»
El sociólogo norteamericano James Petras analiza dos realidades que están constituyendo el eje de la actualidad política internacional. Por una parte, la difícil situación por la que atraviesan los inquilinos estadounidenses, cuya moratoria de pago de alquileres vence ahora. Y por otra, el conflicto que enfrenta a la cerril derecha peruana que está tratando de impedir que el presidente Castillo pueda constituir un Ejecutivo para gobernar.
REDACCION CANARIAS SEMANAL
En su habitual charla semanal con la emisora uruguaya Radio Centenario, el sociólogo estadounidense James Petras se refirió a instancias de su entrevistador a la grave situación económica que están atravesando un importante sector de la sociedad estadounidense, cuyos componentes que se están viendo abocados a ser desalojados de sus viviendas por el atraso en el pago de sus rentas, a causa de la pandemia. De esa situación pocos datos están proporcionando los mass medias, no sólo de los Estados Unidos, sino tampoco del resto del mundo.
«Ha sido –dijo Petras– una traición del presidente Biden. Comenzó su mandato con promesas de que se iban a controlar los desalojos domésticos de aquellas personas que se ven imposibilitadas a la hora de pagar los alquileres. Pero repentinamente se desdijo en la práctica de lo que había prometido, y hoy nos encontramos en una situación en la que al rededor de 10 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus viviendas y refugiarse en campamentos, remolques o automóviles. Esta increíble situación ha provocado que no pocos estadounidenses hayan recurrido al suicidio como fatal alternativa»
Esto se produce en medio de un silencio letal por parte De aquellos miembros del Partido Demócrata que presumen de «progres».
«En el Partido Demócrata – constata Petras en la entrevista – hay algunos que se han atrevido a criticar esta política de Biden, pero son incapaces de romper con él. Ocurre, además, que en absoluto no se puede confiar en Biden. Su trayectoria política ha estado siempre estrechamente conectada con los intereses inmobiliarios, al igual que sucede con los republicanos. Lo que parece claro es que los efectos que provocaría esta ola de desahucios serían extraordinariamente graves. Veremos si aplicarán o no medidas que puedan moderar las consecuencias.
Pese a la gravedad que entraña el asunto, no hemos tenido noticias de movilizaciones importantes en contra de esta salvajada. Hay, eso sí, miles de críticas y denuncias. Pero no se ha producido ninguna gran movilización por parte del Partido Demócrata, en el que algunos de sus miembros a lo que más han llegado es a insistir en dar continuidad a las moratorias en el pago de los alquileres.
LA INCIERTA SITUACION POLITICA PERUANA
En relación con la paradójica situación que cada día se produce en el Perú, después de que, por fin, se reconociera oficialmente que Castillo había ganado las elecciones, el sociólogo norteamericano opina de la siguiente forma:
«La lucha por ese reconocimiento electoral la emprendió Castillo a través de movilizaciones en cuanto los resultados fueron evidentes. Pero ahora todo ha pasado a un plano institucional. Y es que en Perú las estructuras institucionales son muy corruptas, muy derechistas, y ahora están procediendo a tratar de bloquear cualquier nominación que el nuevo presidente quiera hacer para la constitución de un nuevo gobierno. Se veta, como es natural, cualquier nombramiento de personas progresistas, particularmente en las áreas de la economía. El camino que se abre ahora está lleno de dificultades. Ignoro cómo va a terminar todo esto.
En cualquier caso, desde el Gobierno parecen haberse tomado las medidas adecuadas nombrando a buenos políticos, especialmente en el campo económico. Pero los opositores de la derecha continuarán tratando de sabotear las nuevas propuestas de ministros que realice Castillo. La conclusión de este proceso sólo tiene dos opciones: la derrota o la victoria«.
Petras concluyó su análisis sobre la situación peruana expresando que había apreciado coherencia en los representantes del partido de Castillo pero…
«No creo que tengan mucha fuerza fuera de su propia organización, en la sociedad. Y ese es un problema. Para tener algún éxito necesitarían movilizar a los campesinos, a los movimientos políticos, sociales, sindicales… Sólo ello podría forzar que la política del actual gobierno pudiera plasmarse en hechos».
